Medio: TN
Publicada: 17 de Diciembre de 2015
En la Argentina hay muchos organismos que luchan contra el consumo de drogas. Si bien nadie niega la labor que se realiza, el doctor Carlos Damin, especialista en Toxicología y director de FundarTox, advierte que, a su vez, nuestra sociedad fomenta el consumo de sustancias adictivas, lejos de evitarlo. ¿Cómo lo hacemos?
Damin explica a Conbienestar que para que se dé una dependencia problemática con una sustancia se tienen que dar tres condiciones. En primer lugar, debe existir esa sustancia en el medio, esto quiere decir que sea habitual en el ambiente en donde la persona se mueve. Por otro lado, ésta debe tener “capacidad de enfermarse”, desde sus condiciones biológicas y psíquicas, dado que así como algunos prueban el tabaco y les guste, hay otros que no les agrada. Y, por último, es el entorno el que condiciona una adicción, ya que éste puede facilitar o no la dependencia.
En este último punto el doctor hace especial hincapié al considerar que “nuestra sociedad fomenta los consumos de sustancia, lejos de evitarlo”.
Según Damin, en la Argentina se promueve el consumo, tanto “desde lo práctico como desde lo teórico” al ser una sociedad de consumo. “Esta lógica consumista en el cual los chicos tienen todo a mano comienza cuando los padres fomentan que sus hijos coman gran cantidad de golosinas y pocas frutas y verduras”, indica.
Somos una sociedad que no se cuida, afirma el doctor, que se respalda en “los récords de consumo que tenemos en sustancias nocivas como la gaseosa, el alcohol y los medicamentos”.
Tenemos que hacer que los chicos cambien y no se parezcan a nosotros, expresó Damin.
Para el especialista, la sociedad adulta, con su modo de comportarse, le está enseñando a los jóvenes a consumir. “Un chico que crece en este contexto cuando a los 16 años alguien le ofrecer un porro no tiene el hábito de decirle que no, ni el de cuidarse, entonces ¿por qué no va a aceptarlo?”, cuestiona.
De hecho, el doctor sostiene que decirle a un joven que el porro es malo no es productivo y es hasta contraproducente. “Si le decimos al adolescente que no haga algo, lo único que quiere es hacer eso porque en su lógica está el contradecir al adulto. Creo poco en las campañas de prevención. Durante 60 años las campañas de prevención fueron todos fracasos”, explica.
¿Cómo combatir este consumo?
El doctor propone promover la salud y el cuidado, dos conceptos que tienen mucho espacio de mejora en nuestra sociedad. “Si el chico tuviera la práctica a valorarse y valorar la vida no caería en adicciones, pero los adultos no les fomentamos la práctica de cuidarse”, reflexiona.
La respuesta a esta problemática está en los papás, dado que necesitamos que la familia sea quien cree los hábitos saludables para que los chicos aprendan a cuidarse, desde evitar el sobrepeso, hacer ejercicio, no tomar gaseosa o alcohol, entre otros.
“Los adultos son los que tienen que hacer el cambio. Los chicos no hacen lo que los padres dicen, sino lo que los padres hacen. Cuando los hijos ven que sus papás se cuidan, ellos se cuidan, de lo contrario, no lo hacen”, concluye.