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Violencia doméstica y accidentes de tránsito, los mayores riesgos asociados al consumo de alcohol en la pandemia

Medio: La Nación
Fecha: 17 de Mayo de 2021


“Especialistas en adicciones observan un aumento en la ingesta de bebidas en el contexto del encierro; afectó más a los adultos que a los jóvenes” según un relevamiento de la Sedronar.

El encierro, la incertidumbre, los cambios en los hábitos de vida, los problemas económicos, la soledad, el miedo a la enfermedad y a la muerte… Y la lista sigue… Esos son algunos de los factores y emociones que se sufren por la pandemia y que, según los especialistas, llevaron al incremento de los consumos problemáticos, como el alcohol. Afirma que, aunque históricamente ha sido la sustancia más consumida, durante la cuarentena eso se acentuó. Esto tiene, además de la afectación de la salud del consumidor, otras consecuencias, como el aumento de las situaciones de violencia doméstica o incidentes de tránsito producto de manejar alcoholizado.

Con el aislamiento social, preventivo y obligatorio por el Covid-19 se produjo, por un lado, un aumento en la cantidad y la frecuencia de consumo de alcohol, principalmente en los adultos, y, por otro, hubo una modificación en los contextos o situaciones en los que se llevaba a cabo ese consumo: mientras que entre los adultos creció “puertas adentro del hogar”, entre los jóvenes o adolescentes disminuyó porque “perdieron” los encuentros o reuniones sociales fuera de su casa, donde beber es una actividad compartida.

Así surge de un estudio nacional cualitativo sobre las modificaciones en los consumos de sustancias realizado por la Sedronar, sobre la base de un relevamiento nacional que se llevó a cabo entre el 20 de marzo y el 7 de julio de 2020, a partir de consultas a los referentes de las 24 agencias provinciales de drogas del país.

A la variación en los estados emocionales que pueden llevar al incremento del consumo de alcohol, fruto del contexto, se le suma que en muchas provincias, además de las restricciones de circulación, hubo un fuerte descenso en el abastecimiento de ciertas sustancias, principalmente tabaco y algunas drogas ilegales. Este hecho singular propició, según los referentes de los dispositivos de la red de Sedronar y los especialistas consultados por LA NACION, que se produjera un viraje hacia las sustancias “disponibles”: bebidas alcohólicas y psicofármacos.

El informe del Sedronar remarca que durante la cuarentena los referentes provinciales registraron un incremento en la demanda de asistencia, sobre todo de personas con alcoholismo que no habían llegado antes. Explicaron que, por un lado, hay un porcentaje de la población que comenzó a beber, cuando antes no lo hacían; y por otro quienes bebían una o dos veces por semana, durante el aislamiento convirtieron la bebida en un hábito.

El Dr. Carlos Damín, Jefe de Toxicología del Hospital Fernández y director de Fundartox, reconoció que en las consultas del centro asistencial detectaron un incremento de pacientes que manifestaron que antes de la pandemia bebían alcohol únicamente durante la cena, pero con el confinamiento, como permanecían todo el día en sus casas, también lo incorporaron al almuerzo.

Además, subrayó que también se vio reflejado en las consultas que el aislamiento había provocado trastornos de sueño y aumento en la conflictividad familiar: “Consumir alcohol producía situaciones conflictivas dentro de los hogares y, a su vez, la conflictividad llevaba a que se generen más situaciones de consumo”.

Durante la cuarentena se incrementaron en un 24% los llamados por casos de violencia familiar, según los datos de los registros de la línea 137, que brinda asistencia y acompañamiento a las víctimas de violencia familiar y/o sexual.

Entre el 20 de marzo y el 31 de agosto de 2019 hubo 3432 llamados a través de esta línea. En el mismo período del 2020, las comunicaciones en busca de ayuda treparon a 4252, un 24 por ciento más.

Un estudio realizado por el Instituto Gino Germani (IIGG) que relevó el consumo de bebidas alcohólicas en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) durante los primeros 50 días de cuarentena reveló que habían crecido los dos polos de la frecuencia de consumo: se había duplicado el número de quienes no tomaban bebidas alcohólicas y se había triplicado la cantidad de personas que tomaba todos los días.

Según la encuesta del Conicet, realizada a 4613 mayores de 18 años en forma virtual, esa multiplicación del número de personas con mayor consumo se dio, con mayor énfasis, en el grupo de entre 35 y 44 años.

Un dato a destacar es que aumentó el número de quienes no consumen bebidas alcohólicas. Esa disminución se dio, en su mayoría, en la población de entre 18 y 24 años; antes de la cuarentena, uno de cada tres jóvenes tenía consumo regular todos los fines de semana; desde el confinamiento fueron la mitad de eso. “Los jóvenes producen episodios de abuso [de consumo] en las salidas nocturnas, que ahora están limitadas”.

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