Alejandro Rodolfo Malpartida
Médico – UBA.
Licenciado en Ecología y conservación de los recursos Naturales Renovables – UNLP.
Doctor en Ciencias Naturales con Orientación en Ecología – UNLP.
Incendios, pastizales y humo
La ley 26815 conocida como Ley del manejo del fuego, regula sobre la ocurrencia de incendios y fuego en zonas forestales y rurales y claramente, estipula como infracción el incendio de dichas zonas. Es así como está totalmente prohibido prender fuego para quemar pastizales, basura acumulada, limpiar lotes, quemar fincas abandonadas, preparar suelos para cultivos, limpiar banquinas, acequias y canales, y quemar clandestinamente campos incultos y remanentes de siembras.
El humo producto de estos incendios intencionales o no, se encuentra formado por una mezcla de gases y partículas de diferentes tamaños, siendo entre estas las más perjudiciales las partículas finas y ultrafinas.
Cuando los incendios de masa orgánica (biomasa), son llevados a cabo por actividades de quema, se produce una combustión que no es completa, despidiendo en el proceso gases de diferentes tipos y cuantía, entre los más mencionados están óxidos de nitrógeno, dióxido de azufre, el monóxido de carbono, dióxido de carbono y las partículas de tipo carbonáceo. Sin embargo, se generan otros gases de efecto muy nocivo y que también son producidos son los compuestos orgánicos volátiles (COV) y los compuestos orgánicos persistentes (COP), como las dioxinas.
Cuando las plumas o nubes de gases y partículas producto de los incendios llegan a las ciudades, éstos se mezclan con los gases producto de la combustión de los hidrocarburos, básicamente producidos por las fuentes móviles (automotores), todo lo cual incrementa y agrava la situación.
Las condiciones de humedad y la hora del día permiten que estas sustancias gaseosas y partículas tengan transformaciones químicas, haciendo que los productos de reacción sean muchas veces más nocivos que las sustancias inicialmente producidas o primarias.
Este es el caso de los óxidos de nitrógeno (NOx), reacciones en las cuales el nitrógeno interviene con varias especies químicas dependiendo de su valencia. El hecho es que esta fuente inicial mediada por la humedad ambiental y por la radiación solar del mediodía o luego del mediodía producen reacciones llamadas fotoquímicas que terminan generando sustancias irritantes (radicales libres), ozono y distintas sustancias ácidas como el óxido nítrico y el peroxiacilnitratro (PAN), fuente causante de irritación ocular, de mucosa oral, faringe y pulmonar.
Esta situación termina siendo de mayor afectación a los grupos de riesgo, sea porque tiene afecciones de base, sea porque ventilan (respiran) más veces por minuto que la población promedio. Este es el caso de la población infantil, niños y mujeres gestantes, además de las personas que practican deportes.
Otro tanto se puede señalar de los incendios de cubiertas de automóviles, las cuales agregan gran cantidad de sustancias particuladas y gaseosas altamente nocivas, motivo por el cual su quema se encuentra estrictamente prohibida y vigilada en la mayoría de las ciudades. Lamentablemente estas sustancias son transportadas a grandes distancias hasta que se depositan (inmisión), o terminan disminuyendo por dilución dentro de la cuenca atmosférica que se trate.
Por otro lado, quemar pastizales o cultivos antes de sembrar es contraproducente. No solo vuelve menos fértiles los suelos en principio porque la ceniza es sumamente básica, aumentando al pH y disminuyendo la microflora y porque las partículas con sustancias nocivas producto de la combustión incompleta, tanto el producido en el lugar como el transportado por el viento, luego de su depósito en la superficie del suelo llegan a mezclarse con el agua subterránea freática y perjudicar tanto la salud, como la economía. Además de esto, pueden citarse los impactos negativos directos en la variedad de organismos, poblaciones y especies del lugar.
Por consiguiente, las medidas de prevención pasan por evitar los incendios de cualquier tipo y ante la ocurrencia, preservar el aire dentro de la vivienda y abstenerse de exponerse a esas condiciones. Por este motivo en varias ciudades del mundo ante situaciones de emergencia atmosférica cesan las actividades escolares primordialmente.
